Etiología
La epilepsia de un paciente puede clasificarse en más de una categoría etiológica. Las etiologías no son jerárquicas, y la importancia dada al grupo etiológico del paciente puede depender de las circunstancias.
La etiología se clasifica en:
- Etiología estructural
- Etiología infecciosa
- Etiología genética
- Etiología Metabólica
- Etiología inmunitaria
- Etiología desconocida
A continuación, explicaremos cada una de ellas.
1.Etiología estructural
Anomalías visibles en la neuroimagenología estructural, en la
que la evaluación electroclínica y los resultados de los estudios de
diagnóstico por imágenes conducen a pensar que la anomalía en
las imágenes es la causa más probable de las crisis epilépticas
del paciente.
Las etiologías estructurales pueden ser adquiridas (por ejemplo,
accidentes cerebrovasculares, traumatismos e infecciones) o
genéticas (como muchas malformaciones relacionadas con el
desarrollo cortical).
La identificación de una lesión estructural sutil requiere
estudios de resonancia magnética (RM).
Entre las causas estructurales adquiridas se incluyen la encefalopatía
hipóxica-isquémica, traumatismo, infección y accidente cerebrovascular.
Cuando una etiología estructural tiene una base genética bien definida
(como el complejo de esclerosis tuberosa, causado por mutaciones en los
genes TSC1 y TSC2 que codifican la hamartina y la tuberina,
respectivamente), se pueden utilizar ambos términos, etiología estructural
y genética.
2.Etiología genética
Es la consecuencia directa de una mutación genética conocida o presunta
en la que las crisis son uno de los principales síntomas del trastorno.
Las epilepsias relacionadas con una etiología genética son muy diversas y,
en la mayoría de los casos, aún se desconocen los genes subyacentes.
Algunos aspectos a destacar de esta categoría son:
En primer lugar,
la inferencia de una etiología genética puede basarse únicamente en los
antecedentes familiares de un trastorno autosómico dominante.
Por ejemplo, en el síndrome de epilepsia neonatal familiar benigna, la
mayoría de las familias presentan mutaciones de uno de los genes del canal
de potasio, KCNQ2 o KCNQ3.
En segundo lugar,
la investigación clínica puede sugerir una etiología genética en
poblaciones con el mismo síndrome, como epilepsia ausencia infantil o epilepsia mioclónica juvenil.
En tercer lugar, puede haberse identificado una base molecular, que puede implicar un solo gen o una variante del número de copias de mayor efecto.
Cada vez son más los pacientes con anomalías genéticas conocidas
causantes de epilepsias tanto graves como leves. La genética molecular ha
permitido identificar la mutación causal en un gran número de genes de la
epilepsia, que se originan con mayor frecuencia de novo.
Cuando la epilepsia responde a una herencia compleja, lo que implica
múltiples genes con/sin contribución de factores ambientales, se pueden
identificar variantes de susceptibilidad que contribuyen a
causar la epilepsia pero que no son suficientes por sí solas para
causarla. En este contexto, es posible que no existan antecedentes
familiares de crisis debido a que otros miembros de la familia no
presentan suficientes variantes genéticas de la epilepsia para verse
afectados.
Es importante subrayar que lo genético no equivale a lo hereditario. Se está identificando un número creciente de mutaciones de novo, lo que significa que el paciente presenta una nueva mutación que se ha originado en él, y por lo tanto es poco probable que tenga antecedentes familiares de crisis y no haya heredado la mutación genética.
3.Etiología infecciosa
Se produce la epilepsia como resultado de una infección. Corresponde a la
etiología más común. Resultado directo de una infección conocida en la que
las crisis son uno de los principales síntomas del trastorno.
Algunos ejemplos comunes incluyen neurocisticercosis, tuberculosis,
VIH, malaria cerebral, panencefalitis esclerosante subaguda, toxoplasmosis
cerebral e infecciones congénitas como el virus del Zika y el
citomegalovirus. Estas infecciones en ocasiones tienen una correlación
estructural. La etiología infecciosa tiene implicaciones específicas en el
tratamiento. Una etiología infecciosa también puede referir al desarrollo
posinfeccioso de la epilepsia, como la encefalitis viral que provoca
crisis después de la infección aguda.
4.Etiología metabólica
El concepto de epilepsia metabólica se utiliza para designar el resultado
directo de un trastorno metabólico conocido o presunto en el que las
crisis son uno de los principales síntomas del trastorno. Por ejemplo
porfiria, uremia, aminoacidopatías o crisis dependientes de
piridoxina. En muchos casos, los trastornos metabólicos presentan un
defecto genético. Es probable que la mayoría de las epilepsias metabólicas
tengan una base genética, pero algunas pueden ser adquiridas, como la
deficiencia cerebral de folato. La identificación de las causas
metabólicas específicas de la epilepsia es de suma importancia debido a
las implicaciones para tratamientos específicos y para la potencial
prevención del deterioro intelectual.
5.Etiología inmunitaria
El concepto de epilepsia autoinmune refiere al resultado directo de un
trastorno inmunitario en el que las crisis son uno de los principales
síntomas del trastorno. Recientemente se ha reconocido una gama de
epilepsias autoinmunes con presentaciones características tanto en adultos
como en niños. Puede conceptualizarse una etiología inmunitaria en los
casos en que hay evidencia de inflamación del sistema nervioso central
mediada por anticuerpos. El diagnóstico de estas encefalitis autoinmunes
está aumentando rápidamente, en especial con un mayor acceso a las pruebas
de anticuerpos. Entre los ejemplos se incluyen la encefalitis por
anticuerpos contra el receptor de NMDA (N-metil-D-aspartato) y la
encefalitis por anticuerpos contra la proteína LGI1.
6.Etiología desconocida
«De etiología desconocida» significa que todavía no se conoce la
causa de la epilepsia. Sigue habiendo muchos pacientes con epilepsia cuya
causa se desconoce. En esta categoría, no es posible establecer un
diagnóstico específico aparte de la semiología electroclínica básica como
la epilepsia del lóbulo frontal.
Comorbilidades
Cada vez se reconoce más que muchas de las epilepsias se asocian con
comorbilidades tales como problemas de aprendizaje, psicológicos y de
comportamiento. Estos varían en tipo y gravedad, y van desde dificultades
de aprendizaje sutiles a deterioro intelectual, rasgos psiquiátricos como
trastornos del espectro autista y depresión, hasta problemas
psicosociales. En las epilepsias más graves, se puede observar una
compleja gama de comorbilidades, incluyendo déficits motores como
parálisis cerebral o deterioro en la marcha, trastornos del movimiento,
escoliosis, sueño y trastornos gastrointestinales.
Al igual que la etiología, es importante que se considere la
presencia de comorbilidades para cada paciente con epilepsia en cada
etapa de la clasificación, lo que permite la identificación temprana,
el diagnóstico y el tratamiento adecuado.
- Ruiz, M., Sosa, C., González, A., & Rueda, F. (2002). Clinical etiological and therapeutic profile of 719 Mexican epileptic children. Child’s Nervous System, 18(11), 593-598. Extraído en 15 de Junio de 2020 desde https://doi.org/10.1007/s00381-002-0656-2
- Scheffer, I., Berkovic, S., Capovilla,G., Connolly,M., French,j., Guilhoto, L., Hirsch, E., Jain, S., Mather, G., Moshe, S., Nordli, D., Perucca, E., Tomson, T., Wiebe, S., Zhang, y., & Zuberi, S. (2017). ILAE classification of the epilepsies: Position paper of the ILAE Commission for Classification and Terminology. Epilepsia: 1(10). Extraído en 06 de Junio de 2020 desde https://doi.org/10.1111/epi.13709
Muy bueno!
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